“Hermanos,
nosotros somos la Iglesia de Filadelfia, aquella aprobada en todo y conformada
en todo, de acuerdo con el corazón de nuestro Señor Jesucristo.
“El amor
fraternal de aquellos que aman a nuestro Señor y a todos los hermanos, con un
amor no fingido, está presente en los corazones de los ‘verdaderos creyentes’.
¡En nuestros corazones vive el amor eterno de Cristo Jesús!
“De esta ‘Iglesia
Bendecida y Aprobada’ por Cristo forman
parte todos aquellos hermanos que guardan, no tradiciones y mandamientos de hombres, sino la ‘palabra viva’ de Dios, su
paciencia, su aguante, su amor, su compasión, su misericordia… Oh queridos
hermanos de fe, del Señor, tenemos sólo esta advertencia: ‘Sigue teniendo
firmemente asido lo que ya tienes para que nadie tome tu corona’…
“Estemos ‘despiertos’,
por lo tanto, queridos hermanos, y continuemos guardando la palabra y el amor
de Cristo en nuestros corazones y no nos alejemos nunca de nuestro amado Padre.
Todo lo que tenemos le pertenece a Él, por Él y para Él son todas las cosas.
“Guardemos
su amor y su humildad unos para con otros porque de esta manera retendremos la ‘corona
de la vida’ que hemos recibido de parte del Señor. Desechemos por lo tanto el
vano orgullo y la soberbia, recuerden el ‘desventurado’ estado de la Iglesia de
Laodicea. Ellos decían en sus corazones: ‘Soy rico y he adquirido riquezas y no
necesito absolutamente nada’…
El
Apóstol no habla aquí de ‘riquezas
materiales’ sino de las ‘bendiciones espirituales’ que esta Iglesia obtuvo pero
que no supo mantener en su pureza, tal y como las había recibido. En vez de
eso, se hicieron vanos, soberbios y tibios en su amor unos para con otros.
“Pero
nosotros no somos así hermanos, pues en este ‘último tiempo’, el Señor está
obrando a través de su Santo Espíritu dando en abundancia
a sus escogidos conocimiento, amor
sincero, poder y discernimiento espiritual.
“Hermanos:
no en vano esto se escribe hoy desde ‘América Latina’. El ‘mundo’ del norte abandona en masa la
Fe de Cristo, los demás hombres
continúan sirviendo a ‘ídolos de piedra y madera que nada valen’…
¡Mas aquí
vive la Iglesia de Filadelfia, como en los primeros días, como aquella ‘primera
comunidad cristiana’ formada por Jesucristo, los Apóstoles y demás hermanos!
“¡Ésta es
la verdadera Iglesia de Cristo! ¡Los que
aman nada más que su palabra y confían en el poder que Cristo les dispensa para
ponerla por obra!
“La que se
manifestará en el ‘tiempo del fin’ es una Iglesia Hipócrita, tibia, lujuriosa,
arrogante, amante de los bienes materiales, autosuficiente, soberbia… ¡Tengo todo en abundancia! dicen…
¡Más para
el Señor son pobres, ciegos, desnudos, desventurados, miserables!… Esta es la congregación de aquellos que
desecharon el verdadero evangelio de Cristo, y se hundieron en invectivas y lóbregas
elucubraciones de hombres. Amantes de la enseñanza de Balaam, que amó la paga de la maldad más que el servicio puro y limpio a nuestro Dios y Señor Jesucristo... Dios tenga
piedad de estos hermanos, que compren del Señor oro refinado, colirio para los
ojos y vestimentas para cubrir su vergüenza.
Amén.
F.D.A.P.
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