"Luego de caer en nuestras debilidades y pecados, contra los cuales tenemos una ardua y dolorosa guerra, lo que más nos aleja del camino correcto y del consuelo que podemos encontrar en Dios, es que pensamos que tenemos que 'obrar algo', pensamos que debemos llevar una 'ofrenda', darle 'algo' a Dios en cambio por su perdón, para que nos muestre misericordia y nos restaure nuevamente al sendero correcto de la luz y la verdad que solo están en Cristo Jesús nuestro Señor.
"Este es nuestro mayor error y es causado por el conflicto y la batalla diaria que mantenemos en contra del pecado y su consecuencia directa es la culpabilidad y lo lejos que nos sentimos de Dios por haberle defraudado.
"No obstante este es el momento en que más necesitamos venir corriendo a Cristo y arrojarnos a sus pies buscando la tan ansiada liberación y el consuelo que, como un oasis de agua fresca y viva, refresque y sacie nuestras almas angustiadas.
"Hermanos, el amor eterno de Dios consiste en esto: Dios tiene en abundancia todo aquello que necesitamos para el crecimiento y fortalecimiento de nuestras vidas espirituales, en especial, el Señor nos brinda a través de Cristo, su gracia y su bendito Espíritu. Nosotros estamos profundamente necesitados de la gracia de Dios que puede ser hallada en la comunión con su hijo.
"Cuando somos derrotados por nuestras debilidades, cuando ese 'aguijón', esa 'espina' que llevamos clavada en 'nuestra carne' nos aguijonea y nos hiere, debemos venir al Padre a través de Cristo, y, humillados a sus pies, solicitar con un corazón humilde y sincero la restauración y la gracia misericordiosa que nos devuelva al camino correcto.
¡Cuánto necesitamos esa bendita gracia que sólo podemos encontrar en el amor eterno de nuestro señor Jesucristo! La necesitamos para aprender a perdonar, para aprender a amar de verdad, para continuar día a día en el camino correcto, para elegir correctamente día a día entre lo bueno y lo malo, para halar la verdad cada día...
"En esto mismo consiste el amor verdadero del Dios verdadero. En que Él, nos da su gracia a cambio de nada. Él, no me pide nada a cambio. Sencillamente me mira, siente mi dolor y ve la sinceridad que hay en mi corazón, pues Dios escudriña los pensamientos y los secretos más profundos de nuestros corazones, y me brinda por amor a su Hijo Jesucristo, al cuál recibí en mi vida como mi salvador y mi redentor, su perdón, y me restaura nuevamente a la senda de la vida.
"No dudes hermano en venir a Cristo cuando caigas y te sientas abatido por las derrotas que sufres luchando contra tus pecados. Acuérdate de que en Cristo Jesús siempre vas a tener a un Padre Fiel y Amoroso que está siempre dispuesto a recibirte y a perdonar tus equivocaciones.
"Esta batalla la tendremos que luchar hasta el final de nuestras vidas y puede que aún seamos derrotados otras veces, sin embargo, somos más que vencedores en Cristo que 'nos amó con un amor eterno'. Ni por uno, dos, tres o cuatro años, sino: "Con un amor Eterno".
¡Oh, cuánto consuelo! ¡Oh, como refresca mi alma el saber que tengo un Padre que me ama tanto!
Que Dios y nuestro Señor Jesucristo refresquen sus almas con este amor eterno y los bendigan eternamente. En el nombre de Jesús. Amén.
F.D.A.P.
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