miércoles, 16 de mayo de 2012

¡A la Iglesia de Filadelfia!


“Hermanos, nosotros somos la Iglesia de Filadelfia, aquella aprobada en todo y conformada en todo, de acuerdo con el corazón de nuestro Señor Jesucristo.
“El amor fraternal de aquellos que aman a nuestro Señor y a todos los hermanos, con un amor no fingido, está presente en los corazones de los ‘verdaderos creyentes’. ¡En nuestros corazones vive el amor eterno de Cristo Jesús!
“De esta ‘Iglesia Bendecida y Aprobada’  por Cristo forman parte todos aquellos hermanos que guardan, no tradiciones y mandamientos  de hombres, sino la ‘palabra viva’ de Dios, su paciencia, su aguante, su amor, su compasión, su misericordia… Oh queridos hermanos de fe, del Señor, tenemos sólo esta advertencia: ‘Sigue teniendo firmemente asido lo que ya tienes para que nadie tome tu corona’…
“Estemos ‘despiertos’, por lo tanto, queridos hermanos, y continuemos guardando la palabra y el amor de Cristo en nuestros corazones y no nos alejemos nunca de nuestro amado Padre. Todo lo que tenemos le pertenece a Él, por Él y para Él son todas las cosas.
“Guardemos su amor y su humildad unos para con otros porque de esta manera retendremos la ‘corona de la vida’ que hemos recibido de parte del Señor. Desechemos por lo tanto el vano orgullo y la soberbia, recuerden el ‘desventurado’ estado de la Iglesia de Laodicea. Ellos decían en sus corazones: ‘Soy rico y he adquirido riquezas y no necesito absolutamente nada’…  
El Apóstol  no habla aquí de ‘riquezas materiales’ sino de las ‘bendiciones espirituales’ que esta Iglesia obtuvo pero que no supo mantener en su pureza, tal y como las había recibido. En vez de eso, se hicieron vanos, soberbios y tibios en su amor unos para con otros.
“Pero nosotros no somos así hermanos, pues en este ‘último tiempo’, el Señor está obrando a través de su Santo Espíritu dando  en  abundancia a sus escogidos  conocimiento, amor sincero, poder y discernimiento espiritual.
“Hermanos: no en vano esto se escribe hoy desde ‘América Latina’.  El ‘mundo’ del norte abandona en masa la Fe  de Cristo, los demás hombres continúan sirviendo a ‘ídolos de piedra y madera que nada valen’…  
¡Mas aquí vive la Iglesia de Filadelfia, como en los primeros días, como aquella ‘primera comunidad cristiana’ formada por Jesucristo, los Apóstoles y demás  hermanos!
“¡Ésta es la verdadera  Iglesia de Cristo! ¡Los que aman nada más que su palabra y confían en el poder que Cristo les dispensa para ponerla por obra!
“La que se manifestará en el ‘tiempo del fin’ es una Iglesia Hipócrita, tibia, lujuriosa, arrogante, amante de los bienes materiales, autosuficiente, soberbia…  ¡Tengo todo en abundancia! dicen…
¡Más para el Señor son pobres, ciegos, desnudos, desventurados, miserables!…  Esta es la congregación de aquellos que desecharon el verdadero evangelio de Cristo, y se hundieron en invectivas y lóbregas elucubraciones de hombres. Amantes de la enseñanza de Balaam, que amó la paga de la maldad más que el servicio puro y limpio a nuestro Dios y Señor Jesucristo... Dios tenga piedad de estos hermanos, que compren del Señor oro refinado, colirio para los ojos y vestimentas para cubrir su vergüenza.
Amén.
F.D.A.P.

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