"Las amarguras y las derrotas en la vida del cristiano sobrevienen sin que nos demos cuenta...
"Cuando menos lo esperamos la tentación llega y sin pedir permiso invade nuestra vida y nos lastima el corazón...
"Nos lastima porque nos sentimos culpables ante Dios y nos da vergüenza volver a dirigirnos a Él...
"Sí, yo lo sé... Dios es Santo y verdadero... ¿Qué voy hacer conmigo mismo, pues?
"Muchas veces no sé que decir...
"Quiero sólo callar ante el Señor y esperar en su infinita misericordia y, que Él, amanse el furor de este torbellino de sensaciones que siento y pienso...
"Aún en nuestros mejores días, todas nuestras 'buenas obras' son como un trapo de inmundicia...
¡Nunca se le dijo al hombre verdad más grande!
"Que el Señor en su infinita misericordia y en su eterno amor con el que nos amó, nos tenga lástima y nos salve". Amén.
F.D.A.P.
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