jueves, 8 de septiembre de 2011

¡Bendice, oh alma mía, al Señor!

“¿Puede haber frase más cierta que esta y que, realmente, expresa el amor de Dios por el hombre?
“Misericordioso y compasivo es el Señor, lento para la ira y rico en Clemencia”
“¡Que cada uno de ustedes que hoy se acerque al Señor, escudriñe cuidadosamente todos sus caminos, y que caiga de rodillas humillado y boquiabierto por todas sus maldades y rebeliones!
“Hermanos, demasiado hemos ya transgredido y provocado al Señor… Hemos amontonado pecados sobre nuestras cabezas como aquél que amontona basura dentro de su propia casa… 
¡Así de inmundos nos hemos hecho!
“No somos merecedores de nada, ni existe una sola buena obra, si es que la hay, que podamos esgrimir en nuestro favor delante del Señor… ¡Dirá en vano el Apóstol que la salvación es por Gracia y Bondad Inmerecidas! ¿Quién de ustedes no se da cuenta de esto?
“Si después de haber transgredido tanto contra el Señor, traspasando sus mandamientos y siendo rebelde a todos sus preceptos, soy arrojado en severa tribulación y angustias ¿Puedo yo entregarme a quejas, delante de él? ‘El Señor me abandonó y dejó que yo siguiera en pos de mis caminos torcidos, para mostrarme la maldad de mis tratos, y ¿Qué diré?
“Luego de haber reflexionado sobre esto, digo junto con David en su Salmo (103):
“Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser bendiga su santo Nombre”
“No nos ha tratado conforme a nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras maldades”…
“Reflexionen ustedes sobre sus caminos, y vean y gusten la misericordia y la bondad del Señor, y den Gloria al Padre Eterno por medio de Jesucristo.
“Hoy canto en mi corazón junto con David: “Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios”
“El perdona todas tus iniquidades y sana todas tus dolencias”
“El rescata del sepulcro tu vida, y te corona de favor y misericordia”
¡Bendice, oh alma mía, al Señor! Amén y Amén.

F.D.A.P.

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