lunes, 5 de septiembre de 2011

“Una Exhortación a los Jóvenes en el nombre de Cristo Jesús”

“Ah Jóvenes… ¡si ustedes se volvieran a Dios con todo su corazón!...

¡Qué bien le harían a sus vidas! ¡Sí! ¡Qué bien se harían!
“Porque un joven también soy yo, y luego de caminar y vagar por los dictámenes de mi corazón, según el deseo corrompido de mi corazón corrupto, el Señor me hizo ver lo ruinoso de mis senderos trillados…
¡Oh, cómo he pecado contra ti Señor mío! ¡Perdona sí, oh mi buen Dios! ¡Bendito sea el Dios y Padre de Cristo Jesús mi Redentor, porque me tuvo compasión y misericordia y me llamó, según su designio y voluntad, siendo aún yo, un joven!
¡Bendito seas Dios mío!
“Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud. Que permanezca solitario y silencioso, cuando el Señor se lo impone” 
“Porque el Señor nunca rechaza a los hombres para siempre. Si aflige, también se compadece, por su gran misericordia”
¿Quién pude entender estas palabras? ¡Sólo los que han tenido la experiencia de vivirlas y sentirlas!
“Cuando miro detenidamente al mundo y a los jóvenes veo muchas cosas malas: vicios, corrupción, violencia, histeria y locura… Más ciertamente me desaliento, sí, por los que están ciegos en sus errores, no conociendo ni entendiendo cuál es la voluntad de Aquél que les dio la vida, el Señor; verdaderamente no lo conocen. Más por otro lado, el Señor, según sus muchas misericordias, mantiene en pie sus promesas, como lo ha hecho eternamente: ¡El Señor siempre tiene un ‘resto’, un ‘remanente’ de hombres y mujeres, de Ancianos y Jóvenes, que no han doblado sus rodillas ante los ‘Baales’ del mundo!
“Y aquellos que Él ama, Él los limpia, por medio de la sangre de su amado hijo Jesucristo. Porque Jesucristo ciertamente traerá a una posición de justos a muchos hombres, a todos los que el Padre a escogido, porque la salvación es sólo para los escogidos del Padre. Y los limpiará por medio de su sangre, los emblanquecerá, los refinará y purificará de todos sus pecados.
¡Oh que bueno sería que no endurezcáis vuestros corazones cuando oyereis el llamado del Señor! ¡Jóvenes: No endurezcáis vuestros corazones y no os empecinéis en vuestros pecados! ¡Escuchad la voz del Señor en vuestros corazones y venid a él!
“Cristo no ahuyentará a ninguno que el Padre Bendito le ha dado, y que se aproximare a él con un corazón  sincero y arrepentido.
¡Gloria a Dios Padre, por siempre y para siempre, en el Bendito nombre de Cristo Jesús! Amén y Amén.
 F.D.A.P.

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