“Atravesé un mar de angustia y aflicción...
“En el camino sufrí, padecí, lloré…
“Mis enemigos se burlaban de mí y me decían:
¡Apártate! ¿A quién buscas? Y a éste ¿Quién lo escuchará?
“Más allí estabas tú, Jesucristo. Estabas junto a mí, y tu voz en mi corazón decía: “No te apartes de mí”. “Espérame, Espérame, yo vendré y te sanaré”. “Sin mí, nada puedes hacer”. “Yo soy tu salvación y tu Único refugio”…
“Entonces se fortaleció mi corazón, y la luz de Cristo brilló sobre mí. Y Él, llenó de consuelo mi espíritu, y enderezó mis pasos, y estableció firmemente mis pies en la senda de la Fe, de la Justicia, de la Misericordia y de la Caridad…
“¡Espera en Jehová, se animoso y sea fuerte tu corazón! ¡Sí, espera en Jehová!” Amén.
F.D.A.P
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